17 de agosto de 2012

Ana Pichulman Huiaquen

“Me estremecieron Mujeres,

Que la Historia anotó entre laureles,

Y otras desconocidas, gigantes,

Que no hay libro que las aguante”

En el balcón de mi departamento, viendo la lluvia caer, los recuerdos se agolpan brutos. La noticia me golpea: “Falleció la Anita” entre sollozos suena la voz de Frida. Al instante se agolpan los recuerdos, las palabras, los sentimientos, escribo algo en un muro, mientras sin que se perciba, animo a seres que requieren una voz de aliento.
Ana Pichulman Huaiquen, Mujer, Mapuche, Luchadora. Fundadora de REMOS: Red Nacional de Mujeres de Organizaciones Sociales. Coordinadora Nacional de ASOSIDA. Estas dos características dan señas de lo que fue y es Ana. Quedan en esta vida sus huellas imborrables, cumpliendo el paradigma de trascender, no con palabras, ni escritos, sino que con actos.
Resuenan en mi mente su último saludo: “Como tai Fernando”, el abrazo sincero, claro, transparente que a pesar de su enfermedad, me hizo sentir su cariño. No recuerdo si le dije algo de aliento, si pude expresarle esa vez, cuanto la quería y admiraba, y eso, me cuestiona.
Aparecen los recuerdos de su apoyo a la Pastoral Ecuménica de Acompañamiento a Personas viviendo con el VIH/SIDA, muchas reuniones, muchas convivencias, muchas conversaciones.
Tu vida Ana, no fue fácil, muchos golpes inmerecidos, muchas injusticias, mucha discriminación. Nos dejas, y al partir este mundo te duele. Pero, estés donde estés, ten la certeza que, tus hijos, tus amigos, tus conocidos, tus mujeres, seguiremos luchando, para que, cuando volvamos a abrazarnos, podamos susurrarte al oído: “Anita, cuando yo partí el mundo estaba un poco mejor, y eso, es también mérito tuyo”
Qué hacer qué? Los insondables misterios de esta Vida/Muerte nos hacen ver y sentir cuan frágiles somos. En tu honor Ana, por tu Vida Ana, no dejaré de amar y expresar a diestra y siniestra, con permiso o sin permiso, con perdón o sin perdón. Que es el AMOR, lo que nos falta para hacer de este mundo, otro Mundo Posible.
                                                                                                       Fernando Rubi