24 de agosto de 2008

Una buena noticia para los pueblos de América Latina



FERNANDO LUGO, DE OBISPO A PRESIDENTE
Juan José Tamayo

“….Ahora es Fernando Lugo, ex obispo de San Pedro, una de las regiones más pobres de Paraguay, quien accede a la presidencia de la República tras su triunfo electoral en abril de 2008. Hasta llegar aquí, su trayectoria ha estado marcada por la inserción en el mundo de la exclusión, teniendo como guía religiosa la teología de la liberación, como referente social las Ligas Agrarias de su país, como horizonte ético la opción por los pobres y como vía de conocimiento de la realidad las ciencias sociales. Un importante aval es su larga experiencia en el compromiso con los pobres y con los movimientos sociales, primero como maestro de escuela en un lugar marginal de su país, luego como misionero en una de las zonas más depauperadas de Ecuador, después como estudiante de sociología en Roma, y finalmente como obispo en la diócesis de San Pedro, donde mostró su apoyo a las luchas de los campesinos sin tierra en una época de fuertes conflictos.

Hace tres años renunció al episcopado para dedicarse a la política, y el Vaticano le suspendió a divinis. Como candidato a la presidencia al frente de la Alianza Patriótica para el Cambio logró derrotar al Partido Colorado, que llevaba más de sesenta años en el poder. Tras su triunfo resumía así su programa de gobierno: "A partir de hoy, mi gran catedral será todo mi país. Hasta ahora estuve en una catedral enseñando, compartiendo, sufriendo, construyendo. Hoy me pongo a disposición de todos los ciudadanos de Paraguay para construir desde la política esa nación que nos merecemos todos los paraguayos, una nación más justa y fraterna, reconciliada, donde la justicia no sólo sea un objeto de lujo para algunas personas, sino para todos y todas por igual".
Para ello ha tenido que caer, según sus propias palabras, en una herejía, la de seguir a Jesús, que parece incompatible con el ejercicio del poder. Lugo reconoce que muchas veces los políticos usurpan el poder o se aferran compulsivamente a él y cree que el poder es un proceso de construcción ideológica. Pero él ha optado por construirlo desde abajo, a partir de la realidad sangrante, desafiante de miseria, pobreza y exclusión en que viven los pueblos de América Latina”.

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